El nervio vago y bienestar

¿Has escuchado hablar del nervio vago? Qué es, cómo funciona o de qué forma impacta mi salud mental…

El nervio vago nace del bulbo raquídeo e inerva la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas, el hígado, las vísceras e irriga arterias importantes en nuestro cuerpo. Es el nervio craneal más grande que tenemos y su raíz significa deambular, y es que realmente deambula por nuestro cuerpo, así como vagabundo.

El nervio vago en toda su extensión está constantemente reportando lo que pasa en todos los órganos del cuerpo al cerebro.

Nuestra sensación de bienestar, la calma en el cuerpo surge de esos mensajes, el es el componente principal del sistema nervioso parasimpático, que es el que controla las funciones involuntarias de nuestro cuerpo.

Todos tenemos un sistema nervioso simpático, que se encarga de prepararte para la acción, lucha y huida, y el nervio parasimpático puede considerarse como el interruptor de apagado, le dice al otro, calma, todo paso.

Entonces nuestro nervio vago es esta vía de comunicación que conectan las señales desde el cuerpo al cerebro, lo que termina generando un impacto directo en nuestro estado de bienestar, en nuestra mente, nuestros pensamientos y hasta en nuestras emociones y sentimientos… el cuerpo lleva la cuenta.

Hay diferentes elementos que impactan en la conducta de nuestro nervio vago, pero hoy me gustaría compartirte algunas formas en las que puedes activar este nervio vago, que es capaz de hacer sentir mi cuerpo en calma y mandar el mensaje a nuestro cerebro.

  • Ríete: solos o acompañados, activa nuestro nervio vago.
  • Canta: al estimular las cuerdas vocales se activa nuestro nervio vago.
  • Oír música: ayuda a relajarse y desconectar.
  • Hacer gárgaras: estimula el centro de la deglución y favorece la activación del vago.
  • La respiración consciente: hacer respiraciones controladas y lentas es otra estrategia de activación.
  • Estimular la cara con agua fría o hacer una inmersión o ducha. Se está viendo que el contraste calor-frío intermitente favorece la modulación y activación del nervio vago.
  • Alimentos horméticos: son alimentos amargos que generan adaptación (té, frutas y verduras, miembros de la familia del repollo, como col china, berza, brócoli, coles o repollos de Bruselas, colirrábano, col rizada, mostaza, grelos y coliflor, vino tinto)
  • Crononutrición: ajustar nuestros ritmos diarios de luz y oscuridad (circadianos) a las comidas. Es muy importante dejar tiempo entre la cena y la hora de irse a dormir para permitir una buena reparación de tejidos. Hay que activar pronto la melatonina porque así se activará antes la hormona del crecimiento.

No olvides que esto es solo un pantallazo de cómo funciona, si requieres mayor asistencia siempre es mayor asistir a un especialista que te ayude a conocer más.

Ericka Camaño

Psicóloga – Psicoterapeuta EMDR

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *