Experiencia de las pausas y el descanso

El descanso, ¿de qué se trata esta experiencia? Pertenecer al mundo despierta en nosotros desde el lente de formar parte de algo, el recordatorio en modo reloj biológico que nos orienta hacia nuestra dirección a socializar.

Ser seres sociales nos hace crear una consciencia basada en lo que ofrece el entorno. Nos impulsa el transformarnos en agentes reguladores para otros y eso puede determinarse con más viabilidad cuando nos abrimos a la posibilidad de mirarnos internamente a observar nuestras propias formas.

Esta cooperación entre partes en la que podemos transitar como agentes reguladores internos o hacia los demás, nos permite revisitar los lugares en donde guardamos recursos necesarios para afrontar la vida. Revisitar espacios es una tarea cautelosa que necesita de verificación sobre cuando y en qué oportunidades debemos detenernos para asignar pausas con propósitos.

Experiencia de las pausas y el descansoPara sentir, necesitamos de estas pausas que nos permitan escuchar el ruido y de dónde es su proveniencia. Algunas veces incómodo, y otras no, este ruido puede ser la sinfonía que pueda brindarnos un ritmo.

Detenernos para autodenominarnos un ritmo nos ayuda a reconocernos y beneficiarnos de nuestra capacidad de representación mental y psíquica de distintas sensaciones propias y de los demás. Esta función es nuestra capacidad de mentalización, descrita por el psicoanalista Peter Fonagy, nos ayuda a diseñar una idea coherente de nuestra percepción.

Más descanso y su significado en nuestra salud mental

Las pausas pueden significar recuperar nuestra capacidad de pensar después de un momento difícil. En donde se hace más cercano darle permanencia a lo que sabemos y lo que somos capaces de hacer a través de nuestra fortaleza.

Nuestra percepción del mundo se revitaliza al pausar para ser exploradores y descubrir qué necesitamos en cada situación. Detenernos es cuidarnos. Esta identificación de lo que realmente necesitamos nos mueve hacia tomar un descanso que puede reiniciar o renovar nuestros recursos.

Experiencia de las pausas y el descansoClarificar un panorama que se siente denso o se ve borroso requiere de pausa para detenernos y ponernos en contacto con nuestros ideales, ver si hay oportunidad de modificación y ser capaces de sostener la tranquilidad a través de nuestras elecciones y decisiones.

Incluir pausas en nuestro ritmo, nos brinda la opción de mantener una continuidad flexible; nos mantiene congruentes con lo que nos funciona y a la vez nos regala la adaptación a nuevas experiencias.

Para tener una comparación sobre la importancia de nuestra productividad, en función de nuestro bienestar, es igual de necesario, incluir en nuestras referencias de autocuidado, el descanso.

Tomar consciencia de las pausas, significa que hemos hecho un trabajo interno en considerar que como seres humanos, necesitamos descansar.

Texto escrito por: Marjorie González. Psicóloga.

Resiliencia en niños

¿Cómo despertar la resiliencia en los niños?

Nuestra crianza, juega un papel determinante como puerta de acceso a darnos permiso de ser nosotros mismos en la vida adulta. Igualmente, nos ayuda a desarrollar caminos que nos funcionen como herramientas para enfrentar las situaciones. Una pregunta determinante es cómo podemos despertar resiliencia en los niños.

La resiliencia es la capacidad que tenemos los seres humanos de afrontar las situaciones difíciles, sobreponernos y adaptarnos a una nueva realidad. En este proceso de adaptación, hacemos uso de herramientas psíquicas internas para enfrentar lo que consideramos amenazante o desafiante.

¿Cómo se moviliza la resiliencia?

Resiliencia en niñosCada vez que hacemos uso de esta capacidad, potenciamos también nuestra flexibilidad cognitiva, siendo toda esta movilización, un gran evento interno que podemos cultivar desde edades tempranas en la crianza.

La flexibilidad cognitiva nos permite hacer contacto con posibilidades contrastantes sobre las situaciones, dándonos apertura a incluir alternativas a las problemáticas de la vida diaria. Para esto, la neuroplasticidad juega una pieza clave.

No puede haber nuevos caminos con alternativas produciendo resiliencia, sin neuro-plasticidad. Al solucionar problemas, generamos nuevas memorias de las experiencias estresantes, y, esa nueva representación, está sujeta a aprendizaje de nuevas estrategias.

La resiliencia está sujeta al gesto espontáneo en la niñez

El juego en los niños, es un escenario enriquecedor que puede dar paso a la espontaneidad. Al permitir que el niño o niña pueda encarar sus propias formas naturales de explorar o diseñar soluciones frente a la equivocación, se estará privilegiando su individualidad. Se promueve que pueda habilitar su potencial, curiosidad y creatividad que será el motor de creación de alternativas o soluciones en el futuro.

Una crianza en la cual a través de validación y contención, se permita que el niño o niña pueda expresarse espontáneamente, y equivocarse, brindará el impulso necesario para perpetuar un lienzo listo para impregnar caracterísitcas individuales.

Este ambiente facilitador de genuinidad fue descrito por el Dr. Donald Winnicott, psicoanalista que desarrolló la teoría del gesto espontáneo. El Dr. Winnicott describe que esta espontaneidad puede ofrecerse al niño o niña a través de dejar que explore y descubra el mundo sin cargar de importancia el cómo lo haga, es decir, que al enfrentar desafíos, no se le interfiera.

La resiliencia desde la crianza

Incorporar la idea de que independientemente del resultado de las exploraciones del niño o niña, obtendrá la validación sobre sus decisiones innatas, le proporcionará la confianza de que en él o ella podrá auto-encontrar un espacio seguro digno de ser, de mostrar a los demás, capaz de enfrentar y solucionar problemas.

Aprovechar la neuroplasticidad que brinda las edades tempranas para esta incorporación, puede ser una base sólida para desarrollar resiliencia antes y durante la adultez.

Acciones para despertar resiliencia en los niños

  • Permitir la equivocación: Despertará en el niño la necesidad de crear estrategias propias frente a los retos. A su vez, aumentará su confianza con respecto a cometer errores, que, en la adultez, le permitirá evitar invadir la ejecución de su desempeño con autoexigencia que puede nublar los caminos hacia la resiliencia.
  • Promover la curiosidad del niño: A través de presentarle temáticas u objetos con el objetivo de iniciar una conversación en donde se pueda indagar sus ideas. De esta forma, fomentaremos la capacidad creativa de construir nuevos panoramas.
  • Utilizar referencias de alternativas frente a las situaciones en las conversaciones de adultos: De esta forma, los niños/as percibirán como modelo, que sus cuidadores incluían posibles escenarios de vías alternas en las situaciones difíciles de forma indirecta e implícita.
  • Realizar actividades que permitan que los niños puedan ver una transición: Esto se hace con el objetivo de mostrar el cambio adaptativo de las situaciones, a través de animales, o conceptos dirigidos a la edad del niño. De esta manera, es importante considerar el cambio como punto focal.
  • Impulsar la opción de pedir ayuda: En el proceso de adaptación, la sensación de apoyo juega un papel importante. Además, nos posiciona como seres humanos que podemos tener permiso a ser vulnerables, recibir ayuda y encontrar nuevas vías de solución.
  • Empoderar al niño/a a tomar decisiones: Con el objetivo que puedan sentirse seguras/os de detectar lo que necesitan y llevarlo a la acción.
  • Transmitir seguridad: La autoconfianza es necesaria para sobreponerse a las situaciones difíciles. Adaptarse requiere de un proceso de reinvención sobre lo que se enfrenta. Esto dispone de energía interna que nos favorece que sea promovida desde sentirnos que somos nuestro propio espacio seguro.

Texto escrito por: Marjorie González. Psicóloga.

Lenguaje centrado en la persona

Lenguaje centrado en la persona

El lenguaje centrado en la persona es un concepto que leí por primera vez en un artículo de Kathie Snow, y que me parece relevante aún hoy. Fue el primer material que trabajé en el Programa de Liderazgo en Inclusión en Escuelas Internacionales, el cual estudio hace dos años y que estoy por terminar. Hoy en día es muy fácil establecer etiquetas basadas en una lista de síntomas o una condición particular y este punto de vista devuelve a algunos individuos su dignidad como personas más allá de los diagnósticos.

Las bases de la inclusión

La UNESCO define la educación inclusiva en su documento conceptual así:

La inclusión se ve como el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y modificaciones en contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los niños y niñas.

Pero cómo podemos cumplir con este modelo si hablamos de minusválido, discapacitado, retrasado, etc. Muchas veces hemos escuchado a alguien referirse así de otra persona, incluso puede que hayamos caído en esto nosotros mismos. Cuando lo hacemos, estamos nombrando a una sujeto en su totalidad, sólo por medio de un diagnóstico que le ha sido asignado. Ésta es la base para la inclusión y del lenguaje centrado en la persona, eliminar los estereotipos y ver primero a quien en realidad importa: a la persona.

¿Qué es una discapacidad?

Language centrado en la personaNo existe hasta ahora un consenso en una definición única de discapacidad. De acuerdo con Snow, es un simple descriptor de un diagnóstico médico. Además, se convierte en un pasaporte sociopolítico para recibir servicios o un estatus legal. Donde sí hay unanimidad es en el hecho de que constituye el grupo más inclusivo y diverso. Puesto que circunscribe a personas de todas las edades, géneros, religiones, niveles socioeconómicos, etc.

Existen muchas concepciones erradas sobre las personas con alguna discapacidad. Por ejemplo, que sufren de alguna condición, que se les dificulta ser normales o que son víctima del destino. La realidad es que todos sufrimos de algo y la normalidad es una idea muy relativa. Unas de las pocas características que podrían tener en común son los prejuicios y la ignorancia que se tienen con respecto a ellos. Y sobre todo, un punto que Snow resalta y que es harto impactante: cualquier persona puede unirse a este «grupo» en cualquier momento. Ya sea en el nacimiento o adquirido posteriormente.

Según el abordaje del lenguaje centrado en la persona, en lo que todos debemos estar de acuerdo es que las personas con discapacidad son personas primero. No se definen, ni se deben nombrar con una etiqueta que no los representa. Snow propone un nuevo paradigma según el cual la discapacidad es algo natural. Redefine el concepto como “una parte del cuerpo que funciona diferente.” Las necesidades de una persona no son especiales para él/ella.

El poder de las palabras

Las palabras que se utilizan sobre una persona tienen un gran impacto en ella. No es lo mismo afirmar que un niño es malcriado, a decir que tuvo una conducta particular que molestó a otra persona. Del mismo modo, nombrar a una persona como un “discapacitado”, implica que es menos capaz que los demás para tener éxito o lograr metas. Desafortunadamente, en la actualidad ciertos diagnósticos tienen una connotación negativa que baja las expectativas. Cuando lo que realmente importa son las fortalezas y necesidades de esa persona.

Algunos detractores argumentan que hay condiciones como el autismo que son parte importante de su identidad. Agregan que utilizar este modelo busca negar dicha condición como algo negativo. Sin embargo, es todo lo contrario puesto que se trata de reconocer que hay una necesidad particular. Aceptar que si bien esta necesidad ha contribuido de una forma importante en quién soy, no me define en mi totalidad. 

No se trata de utilizar eufemismos o palabras políticamente correctas. Con mucha frecuencia, lo que los demás dicen y/o esperan de nosotros tiene un impacto importante. Tal como el concepto de la profecía que se auto-cumple propuesta por Robert Merton:

Una vez que una persona se convence a sí misma de que una situación tiene un cierto significado, y al margen de que realmente lo tenga o no, adecuará su conducta a esa percepción, con consecuencias en el mundo real.

El siguiente video ilustra muy bien esta idea que hemos desarrollado en el presente artículo:

El lenguaje centrado en la persona

Lenguaje centrado en la personaEl lenguaje centrado en la persona pone al individuo antes que a la discapacidad. También describe algo que la persona tiene, mas no quien esta persona es. Según este enfoque, una persona no es su discapacidad, y su potencial no puede ser predicho por su diagnóstico. Por lo cual propone que se deben escoger respetuosamente las palabras que se utilizan para referirse a alguien. Así como ser conscientes de las actitudes y acciones que esas palabras generan en los demás.

Las categorías médicas y/o psicológicas deben limitarse a los entornos profesionales para facilitar la comprensión de un caso en particular. Así mismo como en el ámbito legal en algunos países. Sin embargo, se debe considerar el caso por caso y respetar la singularidad de cada sujeto. A pesar de las coincidencias sintomáticas que comparten con otros. Está de más decir que estas categorías son irrisorias en los ámbitos sociales y familiares, pues no tienen utilidad alguna.

Snow propone que en ciertas circunstancias, y cuando sea apropiado, podemos compartir información sobre las necesidades particulares que pueda tener una persona. Siempre de una forma muy respetuosa que no atente contra su dignidad. Por ejemplo, una persona con miopía no lleva la etiqueta de «el miope», ni es su carta de presentación. Este sujeto necesita lentes que lo ayuden a ver mejor. Otro individuo necesitará una silla de ruedas para movilizarse, y así sucesivamente.

El cambio está en la actitud

De acuerdo con Snow, el problema real no está en la persona con discapacidad sino en la actitud de los demás. Siguiendo esa línea, propone que un cambio en nuestras actitudes lleva a cambios significativos en nuestras acciones. Me gustaría concluir con un párrafo que refleja exactamente lo que este cambio de mentalidad implica:

Si los individuos con discapacidad y los miembros de sus familias se vieran a sí mismos como ciudadanos en todo derecho, quienes pueden y deber ser incluidos totalmente en todas las áreas de la sociedad, nos enfocaríamos en lo que realmente importa: vivir una vida real en un mundo real, disfrutando de relaciones y experiencias ordinarias, y teniendo grandes sueños (como cualquier persona lo haría), en lugar de vivir una vida especial y segregada en un mundo de discapacidad, donde los servicios, las bajas expectativas, la pobreza, la dependencia y la falta de esperanza son la norma.

Esto es para reflexionar …

Texto escrito por: Roxana Palacios. Socia fundadora de Vital Minds. Psicoterapeuta psicoanalítica y psicóloga clínica.

Referencias:

 

El poder de la autenticidad

“¿Quién soy?” Una pregunta que muchos nos hacemos a lo largo de nuestra vida. La respuesta siempre dependerá de la etapa del ciclo vital en la que nos encontremos. Existe la creencia que si cambiamos, es decir, si modificamos nuestros pensamientos, conductas y sentimientos dejamos de ser nosotros mismos. Aquí entra en juego el poder de la autenticidad.

La verdad es que ser nosotros mismos dependerá de los cambios. Decir que soy la misma persona que cuando tenía 18 años no es cierto. Pasamos por situaciones agradables y desagradables que nos retan e impulsan hacia transformaciones. Entonces, cuando cambio ¿puedo ser más yo? ¿Qué es ser “más yo”? ¿Dónde entra la autenticidad aquí?

Autenticidad

Desde pequeños vamos construyendo una visión de cómo soy yo, cómo son los demás y el mundo que me rodea. Esto está basado en nuestra crianza, la educación académica que recibimos, los viajes que hacemos, la religión que practicamos, entre otras experiencias.

En algunas ocasiones, cuando vamos creciendo y pensamos diferente a nuestro núcleo familiar, solemos ser rechazados. No porque nuestra familia no nos ame, sino porque no pueden o se les hace difícil reconocernos cuando nos comportamos diferente.

Esto no es algo bueno o malo, sólo es. Lo importante de aquí es que si tu sientes que esas cosas que aprendiste ya no resuenan contigo, puedes dejarlo ir. La sensación de culpa o ansiedad que esto genere no se irá, así que hay que hacerlo a pesar del miedo. ¿Para qué? Para acercarnos a ser alguien con quien nos sintamos cómodos, alguien auténtico.

La investigadora y escritora Brené Brown, comenta en su libro “Los Dones de la Imperfección”, que la autenticidad es la práctica diaria de librarnos de lo que creemos que deberíamos ser y abrazar, en cambio, lo que realmente somos (Brown, 2010).

Cambiar para ser “más yo”

Los cambios son importantes y, a la vez, dolorosos. Representan duelos, emociones agradables y desagradables, dolor, alivio, y mucho más. La Psicóloga Isabel Ramírez escribió hace poco, en su cuenta de Instagram, que “crecer es sanar”, y pienso que es cierto. Cuando crecemos, nos damos cuenta que esto que pensaba, creía o sentía ya no resuena conmigo.

“Si cambio, ¿sigo siendo una persona auténtica?” Pienso que sí. Es más, considero que cuando nos cuestionamos nos acercamos a nuestra esencia en ese momento específico de nuestra vida. Los cambios representan adaptación y son sanos. Si cuando me caso me comporto de la misma manera que cuando estaba soltero, no creo que vaya a ser funcional para mí y mi nueva familia, ¿cierto?

¿Te da miedo cambiar? A mí también. Nos estamos despidiendo de una parte de nosotros que nos acompañó por mucho tiempo. Cuando decidas despedirte, puedes darle las gracias y dejarla ir. Sin ella, no seríamos quienes somos ahora.

Autenticidad VS Originalidad


Ahora, la clave no es sentir que todo el tiempo “necesito” cambiar. Esto llegará cuando quieras adaptarte a algo nuevo en tu vida o quieras dejar ir algún patrón de conducta o pensamiento que te hace sentir incómodo contigo.

Los cambios constantes lo hacen las personas que buscan ser originales. Ser original es distinto a ser auténtico. Una persona que busca ser original quiere innovar, crear algo que no existe. Está relacionado con una constante búsqueda de aprobación social y, quizás, no tanta aprobación personal, o sea, de ti mismo.

La autenticidad es poder mostrarme tal cual soy, a veces con mis nuevos cambios. La originalidad es buscar ser algo más. ¿Cuál de las dos posturas prefieres para ti?

Pasos para ser auténtico

Como, seguramente, has escuchado antes: “no existe un manual para ser humanos”. Cada uno tiene su propia esencia, su manera de ver el mundo y su momento de transformación individual. He estado pensando en esto y quisiera mencionar algunos puntos que, quizás, pueden ayudarte en la búsqueda hacia tu autenticidad:

  • Cuestiona tus valores y creencias: “¿Esto sigue siendo así para mí? Me siento incómodo con esta creencia, ¿la puedo modificar?”
  • Habla con alguien: Puedes hablar con algún familiar o amigo cercano sobre las transformaciones que quieres hacer para sentirte más cómodo contigo. También puedes buscar a un profesional de salud mental. Este, contará con herramientas efectivas para que puedas resolver tus dudas acompañado, contenido y seguro.
  • Ten paciencia contigo: Los procesos de transformación toman tiempo. De la noche a la mañana no podemos ver un cambio real. Te paciencia contigo. Poco a poco irás encontrando lo que buscas.
  • Dedícate tiempo: Busca espacios para conocerte mejor y conectar con aquellas cosas que te gustan hacer. Puedes lograrlo poco a poco. Pon una alarma de 30 minutos al día para hacer una actividad que te encante.

No creo en “ser la mejor versión de nosotros mismos”, porque ¿qué significa eso? Son estándares confusos y, a veces, expectativas inalcanzables. Creo en que podemos buscarnos mirando hacia dentro y nos encontraremos. A veces con miedo, ansiedad, estrés, frustración. Y, otras veces, con alegría, esperanza, amor, cariño. También con ambos tipos de emociones. Es lo que nos hace humanos. Aceptarlos nos hace auténticos.

El sentido de tu vida se la das tú. No hay libro de autoayuda ni “gurú” que defina cómo la “debes” vivir. Al final, cada decisión, casa paso que das, busca que sean conscientes. Que los des porque quieres que ese evento, momento o persona influya en tu vida. Búscate en ellos y que ellos se encuentren en ti. Esto es más fácil cuando la máscara se cae y sales tú, tu yo auténtico.

Texto escrito por: Stephanie Smith. Psicóloga.

Referencia:

  • Brown, B. (2010). Los Dones de la Imperfección.
Relaciones e identidad

Relaciones interpersonales e identidad personal

En las relaciones interpersonales, demostramos afecto y ponemos en evidencia nuestras habilidades como seres humanos sociales. Además, movilizamos energía emocional y mental que va arraigada en nuestra narrativa.

Relaciones interpersonalesEn este intercambio de narrativas que se da en las relaciones interpersonales, salen a relucir manifestaciones implícitas, invisibles y únicas de cada quién. Éstas se dan en forma de diálogo o acciones. Debido a esto, surge esa conexión irrepetible entre personas, perspectivas sobre lo que vamos internalizando. Lo cual involucra cómo es el otro y cómo nos sentimos al relacionarnos con otros.

Estamos en un constante tránsito de pensamientos, sensaciones, emociones y percepciones sobre lo que vamos construyendo mentalmente al relacionarnos con otras personas desde distintos roles. Esto crea la posibilidad de una apertura peculiar, llevándonos a indagar y cuestionar en nosotros mismo ciertos aspectos de esa energía emocional que hemos utilizado de manera inconsciente.

Nuestro nivel de autoconocimiento

Relaciones interpersonalesLa posibilidad del auto-cuestionamiento, conlleva que veamos nuestro panorama mental desde un amplio espectro de la genuincidad. Involucra nuestra esencia en cada oportunidad para relacionarnos. ¿Nos conocemos lo suficiente? ¿La entrada o salida de personas a nuestra vida deja más que un vínculo afectivo?

Nuestra personalidad se ve reflejada como nuestro canal propio para conducirnos sobre las vías de las relaciones interpersonales. En estas vías, existen personas que se van cruzando y nos impactan en distintos niveles y/o desde varias dimensiones. Dimensiones que pueden provocar un estremecimiento de nuestra identidad y filosofía de vida.

Podemos identificarnos como lo que somos, porque hemos ido construyendo y moldeando nuestra personalidad a partir de referencias minuciosamente coleccionadas de manera inconsciente, a través del impacto de las relaciones interpersonales.

Capacidad integrativa

La personalidad en la edad adulta es maleable. En este proceso, se ve reflejado el desarrollo cognitivo que hace cristalizar la personalidad al incorporar información. Igualmente, se van editando conceptos que se hilan a las experiencias. Se plasma de manera notoria una naturaleza integrativa.

Interacciones humanas compatibles y no compatibles brindan a las experiencias, sensaciones particulares en cada una de ellas. Esta naturaleza integrativa nos permite sintetizar, al seguir manteniendo el equilibrio de moldear nuestra personalidad a través de relaciones interpersonales.

Traslado de percepciones

Relaciones interpersonalesLa movilización de energía mental y emocional que utilizamos al relacionarnos, puede salir desde nuestros espacios mentales más instintivos. En este intercambio, se hacen disponibles expresiones espontáneas producto de nuestra interioridad. Así como reflejos de procesos psicológicos en los cuales modificamos la percepción de manera inconsciente, para protegernos ante preceptos amenazantes.

Esta percepción modificada puede sentirse como una forma segura y conocida de protegernos. Al relacionarnos, este intercambio se observa como un traslado de percepciones. Sumado a esto, se movilizan de persona a persona desembocando en proyecciones transmisibles de uno a otro.

Proyectar en otros ciertas atribuciones específicas, abre el compás de reconocimiento personal. Esto es característico al dar acceso a un espacio para revaluar el terreno del traslado de información, necesario para completar nuestra identidad. ¿Qué podríamos estar ubicando en otros que nos identifica, y qué otros podrían estar ubicando en nosotros que los identifica?

Posicionamiento de conceptos

Relaciones interpersonalesEl psicólogo, psicoanalista estadounidense Erik Erikson, desarrolló la teoría del desarrollo psico-social a través de etapas. En la misma, describe la estructuración de nuestra personalidad a lo largo del ciclo vital. Erikson mantenía una postura de continuidad, alegando que nos mantenemos en una construcción de identidad constante.

Este movimiento permanente en la revision de la información que adquirimos a través de cada persona y su rol, encapsula los códigos de referencias. Del mismo modo, va ubicando poco a poco de forma cada vez más atinada si nos lo permitimos, nuestros auto-conceptos.

La entrada o salida de personas en nuestra vida deja mucho más que un vínculo afectivo. Permite que posicionemos nuestra personalidad a través de la auto revelación. Al tiempo que va perpetuando cercanía con nuestro mundo interno.

Texto escrito por: Marjorie González. Psicóloga.

Referencias:

  • Teoría de los Procesos de Identidad de Susan Krauss Whitbourne.
  • Las obras de arte incluidas en este artículo fueron creadas por Vita Schagen.
Sexualidad infantil

La sexualidad infantil

El sujeto en la depresión

Una depresión para todos

Sujeto en la depresiónEn la actualidad, el trastorno depresivo es una de las afecciones con más incidencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de discapacidad y afecta aproximadamente a 350 millones de personas en el mundo. Este aumento se asocia con diversos factores, entre ellos los avances en la ciencia y el sistema capitalista. Hoy en día con la pandemia por COVID-19, muchas más personas están presentando signos de depresión. Así como ansiedad, como también ha aumentado la ansiedad en tiempos de pandemia.

La depresión como diagnóstico atañe a la psiquiatría y la psicología, disciplinas que toman como referencia los manuales de clasificación de las enfermedades mentales. En ellos se enumeran los síntomas observables que deben cumplirse a modo de checklist. El DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición) presenta los Trastornos Depresivos como aquellos que se caracterizan por la presencia de tristeza, vacío, o afecto irritable, acompañado por cambios somáticos y cognitivos que afectan significativamente la capacidad de funcionar del individuo.

De acuerdo con este enfoque universalista de la depresión, el sujeto queda reducido a una serie de signos que tienen en común el estado de ánimo decaído. Los diferentes trastornos que conforman esta categoría en el manual se distinguen únicamente en la duración y timing de los síntomas. Incluso, se han metido en la misma bolsa otras condiciones como el nuevo Trastorno Dismórfico Premenstrual, ¡aunque usted no lo crea! Al seguir esta línea corremos el riesgo de perder de vista al sujeto, su historia particular y su sufrimiento.

El mandato a gozar

Sujeto en la depresiónLa cultura se fundamenta en la renuncia que cada sujeto hace de sus propias pulsiones, lo que Freud llama “ceder al deseo”. Sin embargo, en nuestra época del consumo, se nos presenta el fenómeno opuesto: un empuje a satisfacer nuestras pulsiones sin control alguno. Podemos tener todo lo que queremos sin demora. La psicoanalista Graciela Sobral plantea en su artículo La Depresión Actual, que hay una decadencia de los simbólico: la palabra, los ideales, la ley y la autoridad. Entonces, estos ideales nos vienen en forma de una exigencia insaciable, y medible en términos de éxito y fracaso. Desde esta perspectiva, la depresión puede pensarse como el reverso de este mandato que no se puede satisfacer. El sujeto se deprime pues no está a la altura de las expectativas de la sociedad.

Para el Psicoanálisis, lo que mueve al sujeto está ubicado en el orden del deseo. Jacques Lacan plantea la depresión como una “cobardía moral”. Sabemos que el sujeto con depresión no es en absoluto un cobarde, Lacan utiliza esta frase para ejemplificar que dicho sujeto no puede sostener su deseo, ni conducir su propia vida como quiere. En la depresión hay un impasse en aquello que causa el deseo en un sujeto. Siguiendo con los planteamientos de Sobral:

“Cuando se desea se encuentra un camino para realizar el deseo que no pasa por la exigencia, en el deseo se trata de un trabajo del propio sujeto que encuentra cierta satisfacción en su realización… que no se parece a la satisfacción directa del objeto del consumo.”

El capitalismo nos impone la ilusión de que los objetos pueden colmar nuestra falta, y de que son completamente accesibles en el mercado. Entonces el superyó actual nos exige consumir infinitamente, trabajar para consumir es su ciclo. El sujeto deprimido es aquel que renuncia por completo a esta carrera, y entonces ya no quiere nada. Esto se manifiesta en una pérdida de interés en toda actividad que antes le producía placer.

La industria farmacéutica y la depresión

Otro factor importante es el avance de la psicofarmacología, como disciplina científica y sector empresarial. El uso de antidepresivos ha aumentado de forma significativamente en las últimas tres décadas. Actualmente, son utilizados para tratar otras afecciones como dificultades para dormir, ansiedad, etc. Esto implica que el estado anímico del sujeto y su sufrimiento dependen enteramente de la cantidad de una sustancia u otra a nivel neurológico.

La prescripción de este tipo de productos es necesario en algunos casos. Sobre todo en aquellos en los cuales está en riesgo la vida de la persona. Más adelante veremos cómo esta prescripción debe estar acompañada de una terapia que apunte también al sujeto, más allá de la cantidad de serotonina y otras sustancias en el cerebro. El problema surge cuando el antidepresivo se presenta como la panacea, o como la única respuesta para un sujeto deprimido. Entonces, el remedio es peor que la enfermedad. El uso de estas sustancias va en la línea de no querer saber sobre el sufrimiento particular de cada individuo. No hace falta hablar nada pues tomándose una píldora resolvemos el problema.

¿Qué hacer frente al sujeto deprimido?

Es importante agregar algunos comentarios sobre las respuestas comunes frente a un sujeto que se muestra deprimido. Principalmente porque Internet está colmado de notas del tipo: “5 cosas para superar la depresión”. En la sociedad que valora la apariencia de felicidad absoluta, tendemos a pensar que una persona en estado depresivo puede cambiar si mejora su actitud. Entonces optamos por animar al sujeto y aconsejarle a ver la vida con una luz más positiva. Esto es contraproducente, pues es más del mismo mandato del Otro a gozar, al que el sujeto deprimido ha renunciado rotundamente.

El desgano presente en la depresión es un enigma para quienes le rodean. Entonces, puede que veamos lo que le ocurre desde nuestra propia perspectiva sin mirar la particularidad de su padecimiento o queja. También podemos sentir culpa o responsabilizarnos por la situación. Esto conlleva a la noción de que podemos hacer algo, ayudarle directamente. Lo cierto es que todos tenemos nuestros límites, y ciertos problemas hay que ponerlos en manos de un profesional idóneo.

Lo particular del sujeto en la depresión

Sujeto en la depresiónPara el Psicoanálisis, la depresión no se concibe como una entidad clínica sino que se ubica dentro de la estructura psíquica del sujeto: neurosis, perversión o psicosis. El psicoanalista debe interrogarse más allá de lo que el sujeto señala en primera instancia. Lacan también propone la “verificación del afecto” en el análisis, pues los afectos sobre algo siempre se refieren a otra cosa.

La elaboración de Sigmund Freud sobre la depresión distingue tres estados clínicamente distintos. Primero está el sentimiento normal de tristeza, que tiene su modelo en el proceso de duelo. El trabajo del duelo se refiere a la operación psíquica que realiza un sujeto ante la pérdida de un objeto de amor o un ideal. El objeto perdido se conserva en lo psíquico, y el sujeto paulatinamente se separa de él para dirigir su vida a otras cosas.

Además, la depresión puede encontrarse como un síntoma en la neurosis o como una queja del sujeto neurótico. Éste puede perder su brillo o valor frente a su otro significativo, cuando: (1) falla su estrategia para ser el objeto del deseo del otro, en el caso de la histeria; o (2) no puede satisfacer las demandas que cree que le hace el otro, en la obsesión. En ambos casos, el sujeto se desprecia a sí mismo y atraviesa por un momento depresivo. Hay en las neurosis otras posibilidades que varían en cada sujeto.

Por último, la depresión en la psicosis se presenta como melancolía, y está regulada por el régimen del narcisismo. En este caso, se dirige al yo del sujeto todos los reproches y el desprecio que corresponden a un objeto perdido con el cual mantenía una relación conflictiva. Otro caso de depresión en la psicosis puede presentarse en el curso de la esquizofrenia.

Como ya mencionamos, hay casos en los que es útil la medicación. Pero es fundamental algún tipo de acercamiento que haga referencia al sujeto. La propuesta del Psicoanálisis apunta a la producción de un estado nuevo, en el cual el individuo pueda enfrentar el dolor de una forma más digna. Más que poner una etiqueta, es necesario escuchar sobre el sufrimiento particular de cada sujeto y tomarlo en cuenta al momento de ofrecer un tratamiento. Culminamos con el planteamiento de Graciela Sobral que resume el trabajo terapéutico de la depresión:

“Cuando el sujeto puede pasar de la queja inicial a la interrogación en relación a lo que queda de su lado, en cuanto a lo que le toca vivir y a la conexión que eso tiene con su propia historia, la vivencia subjetiva cambia. El afecto depresivo comienza a diluirse y en su lugar aparecen otras cosas, más verdaderas: preguntas, dudas, tristeza, rabia, una interrogación sobre la vida y el malestar que es, en definitiva, lo único que permite una rectificación subjetiva, un cambio”.

Texto escrito por: Roxana Palacios. Socia fundadora de Vital Minds. Psicoterapeuta psicoanalítica y psicóloga clínica.

Referencias bibliográficas:

  • Freud, Sigmund (1915). Obras Completas. Duelo y Melancolía. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

El niño(a) y la escuela: ¿de lo presencial a la virtualidad?

Ante la pregunta, ¿de lo presencial a la virtualidad?, lo primero que tendríamos que pensar es que la virtualidad es una necesidad ante una situación coyuntural y excepcional. Ésta que irrumpió de manera sorpresiva en el mundo humano. Los cambios que ha introducido la pandemia, particularmente en lo que respecta al encuentro cuerpo a cuerpo, nos invitan a pensar nuevas forma de relación del niño con la escuela.

El niño y la escuela virtualUna de las alternativas sería ser flexibles y creativos ante las limitaciones e imperfecciones que suponen todo comienzo. Así como reconocer el valor que tiene el intercambio de ideas y experiencias positivas y otras no tanto, para construir un nuevo saber. Adicionalmente, a través de los vínculos podemos tramitar algo de la angustia que nos pueda ocasionar, no solamente la nueva situación de encuadre laboral. También los efectos que la pandemia trae consigo en el ámbito personal, en los económico, familiar y en la subjetividad.

A propósito de los efectos a nivel subjetivo, uno de los que comienza a ser reportado por  los maestros, es la sensación de agotamiento y cansancio. Para algunos es producto de la concentración y atención que deben sostener ante la pantalla. Mientras que otros logran reconocer que dicho malestar tiene más que ver con lo enigmático de la situación. En este sentido, la flexibilidad también pasa por poder reconocer el malestar personal, así como el horror que nos produce lo no conocido. Tenemos una imagen predeterminada sobre cómo debe ser el escenario escolar. Esta imagen opera como un pre-concepto de lo que debe ser normal. Por tanto, cualquier cambio de las condiciones tradicionales nos parasen inverosímiles. Tendemos a catalogarlas como extrañas, como algo no familiar y por tanto las rechazamos porque están fuera del orden establecido.

No se trata de atenuar las dificultades a las cuales se enfrentan los docentes. Pues la modalidad de trabajo online con niños lleva implícita una serie de exigencias y restricciones. Se trata de pensar e interrogarnos sobre: cómo hacerlo y por qué lo hacemos. Ya que los métodos y técnicas que hasta ahora se han empleado donde lo presencial es prioritario, parecieran no ofrecer la posibilidad de mantener una continuidad del lazo social. Esto debería ser el foco que oriente el esfuerzo de sostener el trabajo por medio de las plataformas tecnológicas. Ya que mantener la continuidad de la vida en lo que se pueda, es una de las salidas  posibles para no quedarnos presos en el discurso sobre la pandemia.

El niño y la escuela virtualLos docentes y todos aquellos que trabajan  en el ámbito escolar, no escapan a los cambios que introduce la lógica de la época. Uno de esto cambio es el que ha introducido en nuestro tiempo la pandemia, donde la tecnología es la gran protagonista. Esto invoca a pensar cómo llevar adelante la práctica educativa considerando e involucrando al niño en lo que se propone. Lo que implicaría tener una mirada más allá de lo evolutivo y de la transmisión de contenidos. Es pensar y estar atentos a cómo el niño reacciona ante el nuevo escenario. Es fundamental en este momento de enigmas y pérdidas, que el docente supongan  que su encuentro con cada niño podrían ser el único espacio que él o ella tenga para hablar. Así mismo, para decir cómo vive la situación.

Por otra parte, la migración al espacio de la tecnología a la que se han  visto expuestos los maestros, no sólo trae consigo la necesidad de aprender o actualizarse ante el uso de las herramientas. También se han visto empujados a desarrollar nuevos técnicas para hacerse entender y para mantener la atención de los niños. Aquí hacemos una pausa para introducir un elemento que es fundamental entre las tareas que el docente que trabaja con niños no puede dejar por fuera. Esa es la comunicación con los padres, pues de ella dependen en gran parte el éxito o el fracaso que se pueda tener ante la propuesta de la escolaridad online.

El vínculo con los padres es esencial, mantener con ellos una comunicación constante y a la vez comprensiva. Esto es necesario, pues muchos de ellos en estos momentos están sobre exigidos por las circunstancias. Los padres  trabajan desde la casa, y tienen que acompañar y promover el encuentro online con el docente. Adicionalmente, deben orientar la elaboración de las tareas, tema que requeriría una revisión particular en cuanto a la cantidad de tareas que se le asignan a los niños. La responsabilidad de la transmisión de los contenidos escolares pareciera estar recayendo en gran medida en los padres.

Pero también encontramos a padres que se sienten invadidos en su intimidad. Otros reacciona de manera hostil por rivalidad con el docente cuando el niño y la niña muestran una intensa emoción, y piden ver o escuchar a su maestra. Todas estas situaciones que pueden interferir y hacer poco posible el desarrollo de la experiencia educativa online, plantean la necesidad de mantener un espacio de intercambio con los padres, pero también con el equipo de trabajo.

Texto escrito por: Stella Casanova. Psicoanalista. Miembro de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano.

La feminidad y la histeria

El panorama para la mujer en el plano de la experiencia y expresión de su feminidad, ha dado un giro drástico en el último siglo. Hoy en día las mujeres tenemos mucha más libertad con respecto a mostrar su individualidad, mucho más que antes. Sin embargo, hoy también existen expectativas sociales que tiene un decir sobre lo que debe desear una mujer y cómo se debe comportar. Aunque existe una diferencia abismal entre la conducta actual, y la doble moral que caracterizaba la época victoriana de Freud por ejemplo. Estas reflexiones nos llevan a cuestionarnos sobre la feminidad y la histeria, más adelante veremos qué es.

Inicios: feminidad e histeria

A finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, Sigmund Freud estudiaba y ofrecía tratamiento a las pacientes con histeria. Sujetos, en su mayoría mujeres que sufrían de síntomas físicos, como diversos tipos de parálisis, que no podían explicarse por medio de la biología. Esto abrió el camino para el surgimiento del Psicoanálisis como disciplina y el estudio de diversos fenómenos psíquicos/sociales. Pero con respecto a la mujer, Freud decía:

“La gran cuestión… que no he sido capaz de responder, a pesar de mis 30 años de estudio del alma femenina es: ¿Qué quieren las mujeres?”

El deseo de la mujer se presenta como enigmático. En la cultura popular, incluso se hacen bromas con respecto a esto: nadie parece saber lo que quieren las mujeres… Es pertinente hacer un alto para definir la feminidad como el conjunto de características físicas, psíquicas o morales que se consideran propias de la mujer o de lo femenino en una sociedad, en oposición a lo masculino.

Unos años después en la década de los 70s, el psicoanalista francés Jacques Lacan se dedica al estudio psicoanalítico de las mujeres. En dichas formulaciones, Lacan distingue entre la histeria y la feminidad, hasta llega a oponerlas. Como decía uno de mis profesores de la maestría: “Toda mujer es histérica (en su estructura psíquica), pero no toda histérica es mujer.” En esta línea, Lacan plantea que en la histeria hay una pregunta por qué es se mujer. Lo cual es esencialmente diferente a volverse una mujer.

La histeria como estructura psíquica

¿De dónde surge esta identificación, y cuáles son sus características? Tomaremos como referencia el trabajo del psicoanalista Joël Dor, en su obra “Estructuras Clínicas y Psicoanálisis” para definir una estructura y los rasgos primordiales:

“La especificidad de la estructura (psíquica) de un sujeto se caracteriza por un perfil determinado de la economía de su deseo, regida por una trayectoria estereotipada, o rasgos estructurales… y que se distinguen de los síntomas.”

Las estructuras se constituyen como una salida al Complejo de Edipo, y la relación del sujeto con la función paterna, como instauradora de la Ley y como aquello que colma el deseo de la madre. La estructura surge en el pasaje del ser el falo (lo completa el deseo materno), a no serlo sino tener un atributo fálico que satisface parcialmente dicho deseo. Es decir, se interrumpe ese momento en el cual el hijo o la hija son todo lo que colma a la madre, para dar paso a otra realidad. No hay nada que colme por completo a nadie. Sin embargo, hay alguien que cumple la función paterna y que cuenta que un atributo fálico que satisface de cierta forma a la madre. 

Rasgos estructurales en la histeria

La feminidad y la histeriaToda la dinámica del deseo en la histeria, ya sea en el hombre como en la mujer, se juega en torno al hecho de haber sido despojado(a) injustamente del atributo fálico. Por esto, en la histeria un rasgo estructural es la alienación subjetiva del histérico(a) en su relación con el deseo del Otro. Lo que busca contantemente es ser el objeto causa de deseo del Otro. De allí, surgen una serie de identificaciones con el objeto ideal del Otro. La constante en la histeria es convertirse en aquel objeto que despierte el deseo del Otro. 

Sumado a esto, el sujeto histérico se vive constantemente como no habiendo sido suficientemente amado por el Otro. Se inviste a sí mismo como un objeto incompleto con respecto al objeto fálico. Con respecto a su propio deseo, procura de forma inconsciente que el mismo permanezca insatisfecho. Además, intenta incansablemente reivindicarse al emular este objeto ideal que no ha sido jamás. 

El narcisismo en la histeria es particular, pues se relaciona con la dimensión del dado para ver. El sujeto de la histeria se ofrece a la mirada del Otro como encarnación del objeto ideas de su deseo. En ocasiones, se vale de otras personas para lograr ese “brillo”. Por medio de un desplazamiento, se muestra a través de otros que ha colocado en una posición privilegiada como modelos.

Mujeres histéricas y su relación con el sexo

La feminidad y la histeriaHe tomado el mismo subtítulo utilizado por Dor, pues me parece justo para explicar fenómenos actuales sobre la relación entre la feminidad y la histeria. Una serie de aspectos sintomáticos se hacen más evidentes con el auge de las redes sociales. Se abre más la brecha entre la mujer histérica y su relación con la feminidad. 

La histérica mantiene un afán de perfección, que se experimenta como una exigencia constante que la atormenta. Para ella lo bello y lo femenino van de la mano. Sin embargo, la preocupación persecutoria por lo bello en ocasiones viene a suplantar a lo femenino hasta borrarlo. Este fenómeno se evidencia cada vez más, potenciado por los desarrollos tecnológicos en las ramas de la estética y la cirugía plástica. 

En el fondo lo que hay es una convicción permanente de imperfección. La histérica se vuelve su propio juez tiránico, pues nada será jamás lo suficientemente bello para neutralizar la huella de sus imperfecciones. En cuando a su cuerpo, lo expresa en sus frases favoritas: “mi cuerpo debería ser así”, “sólo debo arreglarme esto o lo otro”, “no soy lo bastante bonita”, etc. Todo lo que encuentre en su camino es bueno para servir de máscara, y atraer la mirada del otro. 

Pero así como cuestiona insaciablemente su belleza física, lo hace con su inteligencias y espíritu. Pero se encuentran con una barrera, es difícil aparentar el intelecto. Por lo que toman un discurso prestado, y vuelve a hacer “como si” supiera más de lo que realmente sabe. En los casos más grotescos, vemos las redes sociales inundadas de mujeres histéricas que se muestran “como si” fueran perfectas. Cuerpos esculturales productos de las cirugías plásticas y retocador por el Photoshop, siempre acompañadas de una frase intelectual sacada de Google. Esto sólo un vistazo del modo como algunas de ellas se conducen en la vida.

Identificación de la histérica con la mujer

Sobre las mujeres Lacan dijo: “La Mujer no Existe: sólo existen las mujeres de una en una.” Ante esta paradoja, el psicoanalista francés Eric Laurent es cuestionado en una entrevista. Le preguntan: ¿Y el hombre sí que existe? A lo que él responde:

El hombre tiene un falo, que es exterior; es patente y obvio y con él puede convertir con facilidad su placer en categoría. Por eso, lo que quiere el hombre se puede producir en masa y por eso hay una industria del sexo, pero sólo está pensada en masculino. Sólo para ellos.”

Para la histérica pareciera que sí existe una mujer. Y es aquella con la que busca identificarse pues responde a la pregunta: ¿qué es una mujer? Lacan plantea que en la histeria se responde a esta pregunta por medio de una identificación viril. Como ya vimos, identificándose como aquella que posee el atributo fálico. En esa transacción, cede la posición femenina a otra mujer que para ella encarna el enigma de la femineidad.

Freud ya lo había señalado en el caso Dora, que estaba avasallada por los encantos de la Sra. K. En la histeria siempre veremos una suerte de homosexualidad. La misma se vincula más al proceso de identificación con una mujer que toma como modelo, que a la elección del objeto amoroso. La histérica procura ser como ella, pensar como ella, vivir como ella, incluso tener los mismos hombres que ella… ¿Han escuchado el término “frenemies”, o “amigas y rivales”?

La elección del objeto-hombre en la histeria

La feminidad y la histeriaOtros rasgo estructural en la histeria que marca la elección de objeto, y todas las elecciones en general, es la indecisión permanente. Puede relacionarse con cosas comunes o un compañero amoroso, la histérica nunca quedará satisfecha con su elección. El objeto elegido continúa sujeto a las dudas, porque siempre es mejor el objeto que no se eligió.

Ya Freud llamo la atención sobre este punto al exponer que el histérico deseaba sobre todo que su deseo permaneciera insatisfecho. La lógica psíquica funciona de esta manera: para mantener su deseo, la histérica se esfuerza por no darle jamás un objeto que la satisfaga. En el caso de la elección de una pareja amorosa, se afanará por no encontrar nunca un hombre a la altura de su máscara de perfección. 

Las histéricas generalmente se deciden por un compañero inaccesible. Puede ser potenciado por un aspecto de realidad, como una pareja que viaja por largos periodos de tiempo. Otra salida que encuentra es escoger un compañero amoroso ya comprometido. Al final del día suele sentirse tan desolada pues de todos los posibles compañeros masculino, el único que le interesa es el imposible. 

En la histeria se coloca a este otro en el lugar de Amo, pero un amo que jamás ocupará el lugar que ella le asigna en sus fantasías. Siendo un hombre inaccesible o extraño, rápidamente se vuelve decepcionante, o en un objeto más de su insatisfacción. Como bien decía Lacan: “El histérico necesita un amo sobre el cual pueda mandar.”

Relación entre la feminidad y la histeria

La feminidad y la histeriaCon respecto a algunos fenómenos que se observan cada vez más en las redes sociales. Debemos hacer una distinción entre la expresión de la feminidad y la histeria, puesto que no siempre se trata de mujeres en el sentido de expresar un deseo de libertad. Por ejemplo, hoy en día muchas se excusan de mostrar cierta imagen o ciertas conductas a través de las redes sociales utilizando como argumento la liberación de la mujer. Esto en algunos casos, podría ser la manifestación de una estructura histérica marcada por un deseo exagerado de despertar el deseo en el Otro. Hoy el Internet y los seguidores se han convertido en un Otro bastante exigente y cruel. Mientras más le dan las histéricas más le piden, más les da, más enseña pero siempre tratando de enmarcarlo con algún pensamiento positivo. Lo hemos visto en publicación donde buscan provocar el deseo sexual del espectador, y a la vez incluyen algún mensaje de motivación.

En la clínica estos fenómenos son más dramáticos y menos cliché. Las pacientes llegan a consulta con un sufrimiento real  que buscan suprimir. Como mencionábamos anteriormente, la relación entre la feminidad y la histeria podría ser que toda mujer es histérica en su estructura psíquica, pero no toda histérica es mujer en el sentido de reconocer su falta. Deben caer las identificaciones que buscan satisfacer el deseo en el Otro, y surgir otras que promuevan el propio deseo. Entonces la histérica será cada vez menos insatisfecha y podrá ser más mujer.

Texto escrito por: Roxana Palacios. Socia fundadora de Vital Minds. Psicoterapeuta psicoanalítica y psicóloga clínica.

Referencias Bibliográficas:

  • Dor, Joël. Estructuras Clínicas y Psicoanálisis. Amorrortu Editores. Edición 2006.
  • Philippe, Julien. Psicosis, Perversión y Neurosis. Amorrortu Editores. Edición 2002.