Asumir y sus implicaciones

Al hablar de asumir, es importante considerar una de las connotaciones de nuestra capacidad de pensamiento. Y es que nos permite andar por caminos dónde haciendo uso de nuestra imaginación y/o creatividad, nos abrimos a rutas alternas que la mayoría de las veces ayudan a transitar para sentir, crear o experimentar mejor.

Pero, ¿qué pasa cuando nuestra imaginación queda limitada por pensamientos propios y contamina nuestro funcionamiento llevándonos hacia hipótesis erradas; muy pocas veces acertadas sobre las situaciones?

Asumir información puede invadir terrenos fértiles de nuestro mundo interno y se torna complicado cuando esta invasión se propaga hacia nuestra percepción y toma de decisiones cubriendo espacios amplios de lo que sentimos, pensamos y/o decimos.

¿Por qué lo hacemos? ¿Asumir?

La acción de asumir tiene una característica conectora. Tendemos a asumir porque nos funciona como puentes entre formulaciones existentes en nuestro diálogo interno entre las cuales todavía no tenemos cómo construir uniones. Nos hace el camino más fácil.

En el mundo del lenguaje y la comunicación asertiva, el camino más fácil tiene una máscara atractiva. No es necesariamente la que más bienestar nos aporta. Su atractivo está en la posibilidad de no enfrentar ciertas conversaciones difíciles e incómodas de una forma invisible. Esta opción puede convertirse a ser tan automática, que podemos tener la capacidad de asumir información de los demás sin notar que lo estamos haciendo.

Adentrarnos en la capacidad de comunicación nos puede poner en contacto con el recurso que tenemos al utilizar el lenguaje para comprender mejor el mundo y lo que somos; y además de introducirnos al mundo y su evolución, nos involucra en rellenar los micro espacios de formulaciones mentales con información comprobada. Abrirles las puertas a nuestras interrogantes enriquece.

Consecuencias y expansión de asumir

Asumir información de lo que nos rodea puede convertir en cómplices de la opción de anular las posibilidades y oportunidades en nosotros y los demás. Además de colaborar en la construcción de escenarios mentales irreales, elabora también las bases de síntomas que en ocasiones hasta lo sentimos en el cuerpo producto de su expansión.

Esta complicidad dañina nos puede llevar de la mano a entrar a una tómbola de posibilidades únicamente lógicas a las situaciones que surgen, en donde las ganancias en cuanto a salud mental tienen un porcentaje muy bajo. El campo de lo lógico es otro terreno peligroso en donde pisar.

Ser llevados por impulso inconsciente o consciente hacia la búsqueda de lógico en lo que acontece o tener intentos innumerables de implicar el raciocinio en lo que le compete al sentir nos puede impedir la capacidad de ser más humanos. La búsqueda de lo lógico como forma de gestionar nuestro mundo interno nos lleva al camino en dirección contraria de nuestras emociones.

Brindándonos sostenibilidad

El oleaje que ocasiona el asumir información en nuestro espacio mental puede cambiar de movimiento. Nos podemos perpetuar crecimiento emocional al brindarnos la oportunidad de reconocer las incidencias de suponer lo que todavía no hemos comprobado.

Cambiar el movimiento de nuestra percepción sesgada nos permite organizarnos internamente de una forma amigable para nosotros mismos y los demás en dónde puede haber espacio para nuestra narrativa sea sostenible en el tiempo.

Texto escrito por: Marjorie González. Psicóloga.

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