Entradas

El niño(a) y la escuela: ¿de lo presencial a la virtualidad?

Ante la pregunta, ¿de lo presencial a la virtualidad?, lo primero que tendríamos que pensar es que la virtualidad es una necesidad ante una situación coyuntural y excepcional. Ésta que irrumpió de manera sorpresiva en el mundo humano. Los cambios que ha introducido la pandemia, particularmente en lo que respecta al encuentro cuerpo a cuerpo, nos invitan a pensar nuevas forma de relación del niño con la escuela.

El niño y la escuela virtualUna de las alternativas sería ser flexibles y creativos ante las limitaciones e imperfecciones que suponen todo comienzo. Así como reconocer el valor que tiene el intercambio de ideas y experiencias positivas y otras no tanto, para construir un nuevo saber. Adicionalmente, a través de los vínculos podemos tramitar algo de la angustia que nos pueda ocasionar, no solamente la nueva situación de encuadre laboral. También los efectos que la pandemia trae consigo en el ámbito personal, en los económico, familiar y en la subjetividad.

A propósito de los efectos a nivel subjetivo, uno de los que comienza a ser reportado por  los maestros, es la sensación de agotamiento y cansancio. Para algunos es producto de la concentración y atención que deben sostener ante la pantalla. Mientras que otros logran reconocer que dicho malestar tiene más que ver con lo enigmático de la situación. En este sentido, la flexibilidad también pasa por poder reconocer el malestar personal, así como el horror que nos produce lo no conocido. Tenemos una imagen predeterminada sobre cómo debe ser el escenario escolar. Esta imagen opera como un pre-concepto de lo que debe ser normal. Por tanto, cualquier cambio de las condiciones tradicionales nos parasen inverosímiles. Tendemos a catalogarlas como extrañas, como algo no familiar y por tanto las rechazamos porque están fuera del orden establecido.

No se trata de atenuar las dificultades a las cuales se enfrentan los docentes. Pues la modalidad de trabajo online con niños lleva implícita una serie de exigencias y restricciones. Se trata de pensar e interrogarnos sobre: cómo hacerlo y por qué lo hacemos. Ya que los métodos y técnicas que hasta ahora se han empleado donde lo presencial es prioritario, parecieran no ofrecer la posibilidad de mantener una continuidad del lazo social. Esto debería ser el foco que oriente el esfuerzo de sostener el trabajo por medio de las plataformas tecnológicas. Ya que mantener la continuidad de la vida en lo que se pueda, es una de las salidas  posibles para no quedarnos presos en el discurso sobre la pandemia.

El niño y la escuela virtualLos docentes y todos aquellos que trabajan  en el ámbito escolar, no escapan a los cambios que introduce la lógica de la época. Uno de esto cambio es el que ha introducido en nuestro tiempo la pandemia, donde la tecnología es la gran protagonista. Esto invoca a pensar cómo llevar adelante la práctica educativa considerando e involucrando al niño en lo que se propone. Lo que implicaría tener una mirada más allá de lo evolutivo y de la transmisión de contenidos. Es pensar y estar atentos a cómo el niño reacciona ante el nuevo escenario. Es fundamental en este momento de enigmas y pérdidas, que el docente supongan  que su encuentro con cada niño podrían ser el único espacio que él o ella tenga para hablar. Así mismo, para decir cómo vive la situación.

Por otra parte, la migración al espacio de la tecnología a la que se han  visto expuestos los maestros, no sólo trae consigo la necesidad de aprender o actualizarse ante el uso de las herramientas. También se han visto empujados a desarrollar nuevos técnicas para hacerse entender y para mantener la atención de los niños. Aquí hacemos una pausa para introducir un elemento que es fundamental entre las tareas que el docente que trabaja con niños no puede dejar por fuera. Esa es la comunicación con los padres, pues de ella dependen en gran parte el éxito o el fracaso que se pueda tener ante la propuesta de la escolaridad online.

El vínculo con los padres es esencial, mantener con ellos una comunicación constante y a la vez comprensiva. Esto es necesario, pues muchos de ellos en estos momentos están sobre exigidos por las circunstancias. Los padres  trabajan desde la casa, y tienen que acompañar y promover el encuentro online con el docente. Adicionalmente, deben orientar la elaboración de las tareas, tema que requeriría una revisión particular en cuanto a la cantidad de tareas que se le asignan a los niños. La responsabilidad de la transmisión de los contenidos escolares pareciera estar recayendo en gran medida en los padres.

Pero también encontramos a padres que se sienten invadidos en su intimidad. Otros reacciona de manera hostil por rivalidad con el docente cuando el niño y la niña muestran una intensa emoción, y piden ver o escuchar a su maestra. Todas estas situaciones que pueden interferir y hacer poco posible el desarrollo de la experiencia educativa online, plantean la necesidad de mantener un espacio de intercambio con los padres, pero también con el equipo de trabajo.

Texto escrito por: Stella Casanova. Psicoanalista. Miembro de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano.

Educación online: desafíos y oportunidades

Si hace un año alguien les hubiera dicho que hoy tendríamos colegios enteros enseñando a través de pantallas, ¿le hubieran creído? Desde el Jueves el 12 de Marzo de 2020 la educación en Panamá dio un giro importantísimo. Debido a la pandemia del COVID-19 todas las escuelas permanecerían cerradas por un mes. Muchas interrogantes pasaron por mi mente, sobre cómo continuaríamos la educación con este nuevo panorama.

Luego de varias reuniones nos informaron que  a partir del siguiente lunes iniciaríamos con la educación online. Como ustedes ya saben, el cierre de los colegios se extendió y aún continúa. Pero ya el gobierno ha anunciado la apertura de los mismos este mes de Julio, en modalidad virtual. Después de tres meses de trabajar como psicología educativa por medio de plataformas virtuales, en base a mi experiencia  les puedo compartir sobre la educación online: desafío y oportunidades. Quizás incluya más preguntas que respuesta.

La educación y la tecnología

Desafío 1: La tecnología no es accesible a todos, y cuando lo es igual puede fallar. 

El primer desafío tiene que ver con la la gran pregunta: ¿cómo trasladar los modelos educativos de aulas a una plataforma de educación online? Algunos colegios en Panamá contaban con programas informáticos ya incorporados en sus actividades diarias como herramientas complementarias. Pero, ¿funcionarían estás como recursos para apoyar todo el peso de las clases? Por otro lado, muchas familias por falta de recursos no tienen acceso a aparatos electrónicos ni a Internet. Y otras que si lo tienen se ven afectados por fallas técnicas. Esto también le puede ocurrir a los maestros y personal del colegio, lo cual convierte a la educación virtual en un privilegio al cual no todos tienen acceso.

Oportunidad 1: Replantearse el uso de plataformas existentes y desarrollar nuevos recursos para enseñar. 

Educación onlineTodos los desafíos nos llevan a reinventarnos y buscar nueva oportunidades dentro de situaciones complejas. Muchos negocios de todo tipo han tenido continuar sus operaciones de manera virtual. Pero como dije antes, nadie se imagino llevar un colegio entero de esta manera. Toco reinventarse para garantizar que la educación continuara a pesar de las circunstancias. Varios colegios internacionales diseñaron modelos a través de los cuales los estudiantes pudieran recibir asignaciones diarias que serían revisadas por sus maestras y profesores. Las mismas serían revisadas de manera individual incluyendo retroalimentación. Otros colegio panameños utilizaron los correos electrónicos para enviar a los padres tareas a realizar por los estudiantes. Las posibilidades son amplias y es responsabilidad de los profesionales a cargo de la educación buscar nuevas formas de llegar a todos los estudiantes.

Enseñar online

Desafío 2: Fatiga y agotamiento, físico y mental, en el staff educativo de los colegios.

Hablando de las plataformas, la reina por excelencia de esta pandemia es el Zoom. Tanto así que se ha convertido en un verbo al mejor estilo de Google: «Let’s zoom!» En artículos publicados recientemente expertos en bienestar laboral plantean que permanecer mucho tiempo frente a las pantallas pueden causar fatiga en los trabajadores producto de diferentes factores:

  • Las video llamadas requirentes más atención que las interacciones cara a cara. En estas interacciones se torna más difícil de procesar el lenguaje no verbal, como las expresiones faciales y el tono de voz.
  • Al estar ante las cámaras, estamos más conscientes del hecho de ser observados. Es muy difícil para las personas no estar pendientes de cómo se comportan en las cámaras y no mirarse. Tú estas mirando a las pantallas pero éstas te están mirando a ti.
  • Las video llamadas son un recordatorio contante de las personas a las que no podemos acercarnos durante la cuarentena. La mayoría de nuestras interacciones ocurren en diversos escenarios, pero ahora gran parte de nuestro día ocurre frente a una pantalla.

Por supuesto que la reacción ante esta situación es particular a cada sujeto, y es posible que muchos profesionales de la educación no hayan mostrado estos síntomas. Sin embargo, la mayoría de los profesionales de la educación podrían sentirse agotados a final de una jornada de educación online, mucho más que en las clases presenciales. El esfuerzo requerido para mantener la atención y promover la participación de los estudiantes es monumental. Algunas estrategias de manejo de grupo pueden utilizarse perfectamente de forma virtual, pero lleva tiempo implementarlas. Y otras simplemente no funcionan. 

Oportunidad 2: Descubrir nuevas formas de enseñar y conectar con los estudiantes.

Educación onlineEs sorprendente la capacidad de crear que tenemos las personas. Durante los últimos tres meses he podido ver cómo muchas maestras y profesores se han dedicado en alma, vida a y corazón a aprender nuevos métodos de enseñanza para garantizar el aprendizaje de sus estudiantes. Esto no sólo implica conocer las nuevas tecnología, también utilizar su creatividad para presentar su contenido de forma que motive a cada niño, niña o adolescente del otro lado de sus pantallas.

Algunas recomendaciones para el tele-trabajo, son aplicables también a los profesionales de la educación:

  • Buscar un lugar apropiado en el hogar, que cuente con adecuada iluminación, ventilación y con la menor cantidad de distracciones posibles.
  • Organizarse de modo que la mayoría de los días, tenga una jornada laboral con horarios similares a los que tenían antes.
  • Tomar descansos durante la jornada laboral, en los que no estén delante de las pantallas.
  • Planificar actividades que le causen sensación de bienestar y que disfrute. No todo es trabajo.
  • Promover la colaboración entre compañeros de trabajo, apoyándose en su equipo para nuevas ideas o para apoyo, incluso emocional.

Estudiar y aprender online

Desafío 3: Poca participación y falta de motivación de los estudiantes.

Si los adultos se sientes agotado al trabajar de manera virtual, imagínense lo que pasa con los estudiantes. En los salones de clases se ponen en práctica diferentes estrategias para promover la participación de los estudiantes de modo que puedan aprender. En inglés conocido como «classroom management«, manejo de la clase. Todo esto se complica cuando el entorno en el cual los(as) chicos(as) están aprendiendo es su propia casa, con su familia al rededor y todo lo que está ocurriendo. El único contacto que tiene el estudiante con lo que fue su clase es a través de una pantalla y esto podría ser muy innovador al principio pero luego puede tornarse tedioso para ellos.

Todos los factores que mencionamos anteriormente aplica también para ellos. Las reuniones virtuales son agotadoras y requieren de mucho esfuerzo con parte de ellos. Al principio, puede ocurrir que estén más pendientes de su entorno inmediato que de las clases, apaguen sus cámaras, jueguen con la pantalla, etc.  Implementar la estrategias de manejo del salón y que sean efectivas no será tarea fácil.

Oportunidad 3: Resiliencia por parte de los estudiantes.

Educación onlinePara mi sorpresa, una gran cantidad de niños han podido encontrar un lugar en la educación online. Ha sido difícil al principios, ha costado aceptar que ésta es nuestra realidad, en muchos casos. Pero una gran cantidad de los estudiantes están mostrando resiliencia, es decir, en la capacidad de superar las adversidades. A pesar de las circunstancias muchos niños están pasando a otra fase en la cual muestran más aceptación por lo que está ocurriendo. Aún no les gusta la idea de no asistir al colegio, pero demuestran una actitud más receptiva por aprender independientemente del modo en que se presenten las clases.

Para que esto suceda, entran en juego algunas variables, entre ellas:

  • El interés del niños por aprender y su presencia por algunas actividades.
  • Contar con un espacio adecuado con la menor cantidad de distracciones posibles.
  • Mantener una estructura en sus hábitos de sueño y alimentación que le permitan tener más energía.
  • Tener momentos de esparcimiento y juego libre, ya sea dentro de casa o al aire libre si se puede.
  • Contar con espacios para expresar y procesar sus emociones de forma segura.

El rol de las familias en la educación online

Desafío 4: Muchos padres se sienten frustrados porque no puede ayudar a sus hijos(as) con los estudios.

En el mejor de los casos, a los padres le ha tocado ponerse diferentes sombreros en esta cuarentena. Muchos de ellos continúan sus responsabilidades laborales por medio del tele-trabajo, mientras que deben encargarse de las tareas del hogar y apoyar en la educación online de sus hijos. La mayoría de ellos no tienen idea de cómo ayudarlos con las nuevas tecnología, sin contar que algunos tienen más de un hijo. Una frase escuchada comúnmente en estos días es: «Yo no estudié para ser maestra(o)». En el peor de los casos muchos padres han perdido sus trabajos o mantienen contratos de trabajo suspendido, por lo que los niveles de estrés han aumentado considerablemente. Los hijos son receptores de todas estas emociones que experimentan sus padres y muchas veces también lo manifiestan. Cuando algún estudiante esté presentando problemas, una de las primera preguntas a hacer es sobre la situación de la familia. 

Oportunidad 4: Muchas familias se han unido más porque los padres participan más activamente en la educación de sus hijos.

Educación onlineLa otra cara de esta moneda, al igual que la resiliencia en muchos estudiantes, me ha sorprendido para bien. Durante estos meses de educación online, muchos padres se han involucrado muy de cerca en el proceso de sus hijos. Para participar en las clases y ayudarlos lo mejor que puedan. Lo importante es encontrar un balance entre apoyarlos académicamente y darles independencia en su proceso de aprendizaje. Principalmente porque eventualmente van a regresar al colegio y no contarán con los padres para que les ayuden en todo.

Para las familias es sumamente importante mantener una comunicación abierta con todos los miembros. Para así crear espacios donde todos pueden expresar sus emociones de manera segura. Los padres no se olviden que su bienestar emocional es la base del funcionamiento de su familia. Esto no implica que tengan que bloquear sus emociones para no transmitir ansiedad o tristeza. Mas bien estar conscientes de que deben cuidad de su salud mental también, manteniendo una estructura y dentro de la misma permitir oportunidades para realizar actividades que les hagan bien. Propiciar encuentros virtuales con personas de su familia o amigos para contar con esa red de apoyo tan importante para sentirse acompañado.

Texto escrito por: Roxana Palacios. Socia fundadora de Vital Minds. Psicoterapeuta psicoanalítica y psicóloga clínica.

Miedos en tiempo de cuarenta: ¿y luego qué….?

El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.

Aldous Huxley (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta inglés.

Es muy extraño que la amenaza de una enfermedad ocupe gran parte de nuestro pensamiento como sucede en estos días. Los medios no dejan de mostrarnos, ininterrumpidamente, historias relacionadas a la pandemia y casos de Covid-19, producidos por el  nuevo virus, el rey de los virus, a quien se le nombra con el significante coronavirus.

Miedos en cuarentenaLas plataformas virtuales están llenas de información que van desde consejos prácticos de como prevenir el que no enfermes, hasta estadísticas aterradoras y videos de terror, pasando sin dejar afuera, por el humor negro como estrategia para enfrentar el miedo que la incertidumbre despierta; especialmente, ante la no respuesta sobre como tendremos que reconstruirnos al finalizar esta cuarentena; porque lo que sabe, pero se quiere nombrar es que el Covid-19 llegó para quedarse.

Sin embargo, el miedo no es un sentimiento nuevo, sino qué en estos tiempos pasó a ser protagonista frente a la pandemia y la cuarentena.  El miedo es un síntoma que ha existido desde que existe el hombre, es constitutivo, como lo son los huesos que conforman nuestro cuerpo. El miedo como síntoma, nos está diciendo algo, nos habla de un conflicto interno y de los mecanismos que reprimen su presentación. Si observan a su alrededor, no todos lo están viviendo igual.

Aunque el miedo se presentifica en un objeto externo y decimos, “le tengo miedo a…“, el miedo tiene un representante interno que es singular para cada uno y que busca representarse afuera en un “miedo a algo”; por ende, el miedo como síntoma es una formación de compromiso que nos cuentan sobre representaciones que están reprimidas en el inconsciente.

El miedo es un senti-miento, verdad mentirosa, que corresponde a lo humano; una desfiguración de lo real, como otros senti-mientos que conforman una cultura. Sin embargo, el plus de gozar puede conllevar a un vivir con miedo y con mucho sufrimiento, que le impide al sujeto acercarse a una nueva forma de satisfacer su deseo, quedándose atrapado en la imposibilidad y la insatisfacción.

Es importante destacar que, en líneas generales, existen dos tipos de miedo. El miedo real, donde verdaderamente existe un peligro, un riesgo a la integridad humana; y el miedo neurótico, donde se ha construido un peligro subjetivo y se siente una amenaza sobre algo que no existe. Aquello que retorna del inconsciente real, no simbolizado a través de la palabra, que vuelve desfigurado a nuestra consciencia; y que conlleva a la percepción de un peligro que solo le es propio para quien le habita; y que se vive como real, teniendo efectos y en algunos casos, movilizando conductas de evitación y afectos de angustia y tristeza.

Miedos en cuarentenaConsidero que en estos momentos que hemos aceptado estar confinados en cuarentena, la pregunta de cada persona puede estar alrededor de la pregunta: ¿y cómo vamos a volver a la normalidad?, ¿Cuál es la nueva norma? Y no cabe duda que esta relativa normalidad toma formas diferentes en la imaginación de cada uno; y éstan desde lo que piensan en que nada se podrá hacer, hasta los que ya se habrán comprando un traje especial para salir al mundo. En tal sentido, el miedo es una experiencia ante lo real del Covid-19, en la que la misma ciencia no ha podido dar una respuesta.

Entonces, ante lo inciertidumbre que se vive, ante la imposibilidad de respuesta que se vende, ante el desamparo, cabe la pregunta ¿cómo inventarse la vida? Y el miedo es la respuesta ante el sentir no poder hacer-se; y este se magnifica con la respuesta que da la ciencia, al dejar al sujeto atrapado en la estadística, en lo universal, en la serie de una categoria, y lo cierra en la posibilidad de hacer-se en lo singular y desde ahí, encontrar una salida.

¿Y que  paraliza? El goce de sufrimiento del neurótico, lo paraliza en forma de miedo, un miedo al desamparo que termina impidiendo el moviendo a acceder a otras experiencias nuevas, o ciertos goces, como podría ser desarrollarnos en alguna otra forma de hacer-se o lo que fuere que se necesite para disfrutar la vida; o por lo menos, poder vivir, el tiempo que toque de vida para cada uno, de una manera diferente a la conocida, porque solo toca aceptar que el Covid-19, llegó para quedarse.

Miedos en cuarentenaSin embargo, para finalizar, no sé si le pondría la palabra miedo a a esta experiencia que describo y que ha estado desde siempre, sólo que el Covid-19 la ha puesto en la palestra; quizá podría llamarse resistencia, porque lo nuevo, hace resistencia aquello que ha sido encarnado en el inconsciente. ¿Y a que se hace resistencia? A perder ese velo que completa la falta en ser, pero en la que el sujeto se ha nombrado y he sido nombrado hasta antes de este pandemia.

Por eso, ante el tener que verse con un des-ser, un cambio que es costoso, porque dejar de ser lo que se ha sido para des-ser en otra forma de satisfacer el deseo, duele, cuesta y se paga con una cuota de sufrimiento; y este es el miedo (resistencia) que se podrá estar experimentando en este tiempo.

Texto escrito por: Profesor Mario Brito Afonso. Psicoanalista. Miembro de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano.